miércoles, 23 de febrero de 2011

Papeles

Después de ir al cine, algunas veces, pocas, por suerte, me pasa lo que a los actores, que me meto en el papel. Hoy me ha pasado y por suerte no me pasó con la anterior película, Red (aun no me veo en el papel de agente de la CIA jubilado, todo llegará). El caso es que en esta, me apetecía meterme en el personaje. El problema surge (¿por qué no me surgirán otras cosas…?) cuando tienes muchos personajes donde elegir.

Me apetecía el papel de la protagonista, jovencita ella, con dos cojones (sic), pero la posibilidad de que me “hostien” me hace dudar. Su hermanito, doce añitos aproximadamente, me apetecía –el papel-, solo por el pelo estilo príncipe de Bekelar pero les hubiese dado demasiado trabajo a los de maquillaje. Hacer de madre de la “prota” me iba como anillo al dedo, no hacer nada y poner cara de ida es uno de mis papeles soñados, pero soy más de Aida que de vuelta. El papel de señora mala de la América profunda (como me gusta decir esto, que suena como muy) me iba como grande, no por edad (de nuevo el maquillajejejeje) sino porque es mala, mala (aunque con la sierra mecánica saque a relucir un corazoncito...), creo que de tanto lo era que lo era más que la Rodríguez (chiste ciertamente malo). Está el tío, tal vez el que se ajustaba mejor, no a mí, sino al papel que me gustaría interpretar pero tatuarme (si ya sé que los de maquillaje...) con crucecitas me daría la sensación de ser un cementerio viviente. Me queda el papel del sujeto pasivo y francamente siempre he sido más de verbo y/o predicado... y su "final" me da como… corte. Total que me quedo con el papel del drama entero. Siempre había querido salir premiado de Sundance. Ah sí, la película era “Winter’s bone”.

PD: Empieza a ser un vicio esto de posdatear. La intenció
n no era ir a ver esta película sino “La llave de Sarah” pero en la taquilla dijeron: "La película se ha estropeado". A ver si resultara que en determinadas salas también se descargan cosas. Sin dementarios.


jueves, 17 de febrero de 2011

Memorias

Cuando era jovencito, ahora le llaman púber, pasaba las asignaturas justito, justito. Más tarde, mucho más tarde, tanto que empezaba a ser pronto, leí Justine. Creo que no me gustó, igual tenía algo que ver aquello de justito justito. Hace unos años me aficione a frecuentar un local de copas por nombre Just in. Durrell creo que no tenía nada que ver, igual eran aquellas asignaturas… Y así, con tres recuerdos he escrito unas justitas memorias, que creo que ni las asignaturas ni Durrell ni las copas tienen la culpa. Justin Bieber tiene la culpa. Justito justito.

PD: Justo al cierre de la edición me entero del nombre de la esposa de Justiniano I. Jajajajaja.


martes, 15 de febrero de 2011

Noche XXII


Era del Este, de bastante, como de muy del Este tanto que por un momento no pensé que estaría más cerca si miraba hacia el Oeste. Y oh! sorpresa, en este caso descubrí que este, el del Este, no era como los demás, si bien hay que decir que de tan al Este nunca me había encontrado. No estaba solo, iba con más gente, pero no eran del Este, eran del Norte, creo. Joven, algo más de veinticinco años, de mediana estatura, vestía todo él de negro, a conjunto con su cabellera, negra. No hubieron presentaciones, fue aquello que se llama “aquí te pillo aquí te mato”. Y me tocó. Su mano derecha era fuerte y vigorosa y la izquierda precisa y delicada. No fue una improvisación. Se me hizo corto y me quedé con las ganas de más y eso que había estado sublime. Es de aquellos que dices: “es un profesional”, pagué, pero con gusto, con mucho gusto.

Me tocó, sí, pero no fui el único, sería más exacto decir que tocó. La otra noche, Sergey Khachatryan tocó como solista, acompañado de la Philharmonica Orchestra, el concierto para violín y orquesta num.1 en la menor, op 77, de Dmitri Shostakóvich. Khachatryan es natural de Yerevan, capital de Armenia. Un virtuoso. Toca el violín, pero no cualquiera, toca el Stradivarius Lord Newlands de 1702 por gentileza de la Nippon Music Foundation. No hubo bis. Una pena. La noche no podía acabar de otra manera que escuchar la sinfonía Manfred, en si menor, op 58. del compositor ruso Tchaikovsky que está inspirada en el poema dramático de Lord Byron .

PD: Aquí os dejo un video del Khachatryan, tocando, no a mi, sino a Shostakóvich. También un link con un movimiento del Mafred de Tchaikovsky (la parte más conocida hacia el 5:20).

martes, 8 de febrero de 2011

Los peligros del posteo

Timosha y Sasha esperaban el momento mientras miraban con tensa distracción los escaparates de la boutique B. & N., algo más entretenidos que la mercería de enfrente. Habían llegado hacía pocas horas procedentes de Moscú. El martes, uno de febrero, los sofisticados sistemas de detección de la policía rusa –militsiya- , habían hecho saltar todas las alarmas. Un desastronauta, sin saberlo, se había metido en la boca del lobo. Vladímir Vladímirovich Putin, enfurecido por el ridículo de su policía, contactó con la mafia para que resolviesen el tema. Una cosa era escaparse por una infracción de tráfico y otra era jactarse en público de tener una manada.

El cuerpo, al parecer, del desastronauta yacía bajo las letras “aparcamiento los mártires”. Y en su blog se hizo el silencio.


miércoles, 2 de febrero de 2011

Transhumanos en el Valle de Sacramento

“Polvo somos”

Cuando salió de su viejo Chevy, el teniente Harley Daviddaughter de la policía de Sacramento, notó en su rostro el frío aire de una mañana de enero. Estaba a punto de entrar en la morgue y hablar con la doctora Mary No del cadáver que habían encontrado la pasada noche. Cada vez que pisaba el depósito, pensaba que a su ciudad le habían dado el nombre del sacramento de la unción y no el de la eucaristía.

Era un lugar sórdido y lúgubre, no como muchas teleseries y películas mostraban. Cuando entró en la sala de autopsias, una mezcla de olores le golpeó, se sujetó en la puerta y tras reponerse se dirigió directamente a la mesa donde se encontraba la doctora No.

- Buenos días, doctora.
- Hola –contestó secamente.
- ¿Qué me tiene que contar?
- Que sobre la mesa tenemos algo parecido a RoboCop.

Levantando la sábana, quedó al descubierto el hombro derecho, de donde salían un sinfín de pequeños cables hacia una prótesis, plateada, compuesta de antebrazo y mano. El teniente, siempre muy atento a cualquier detalle, preguntó:

- ¿Y el brazo?
- Ah, está ahí. Se lo he sacado… por curiosidad.
- Y ahora me dirá que la parte superior del cráneo es idéntica al casco de Murphy.
- Perdone, no había acabado todavía, está aquí y parece normal –se disculpó mientras se lo ofrecía a la vista como quien lo haría con un coco.
- ¿Alguna “curiosidad” más?
- Sí, mire, fíjese en esto – dice señalándole la parte inferior del cráneo.
- Parece… un conector USB!!!
- Cierto. Lo que desconozco es su utilidad, pero creo que podría estar relacionado con eso del mind unloading o mind uploading, o…
- ¿O?
- O más bien un timo o una especie de adorno corporal.
- ¿Cómo un pircing?
- Seguramente, ya que el conector ese no estaba conectado a nada.
- Prosiga.
- He mirado unos tejidos por el microscopio y he visto que estaban infestados de pequeñísimos corpúsculos metálicos, como si se tratase de metralla.
- ¿Metralla microscópica?
- Creo que más bien se trata de nanobots.
- Me pierdo.
- Siento decirle que yo también. Si estos casos se suceden, tendré que hacer un curso de reciclaje en el MIT.
- ¿Causa de la muerte?
- Muerte por inanición.
- ¿Se ha muerto de hambre?
- Sí. Mire –y le enseña un pequeño artilugio en uno de esos recipientes donde dejan las balas- Este transmisor lo tenía implantado en el estómago y enviaba estímulos al cerebro para crear la necesidad de alimento.
- ¿Y no funcionaba?
- Sí, pero se le acabaron las pilas.

Mientras el teniente Daviddaughter abandonaba el depósito de cadáveres pensó en que una vez más no le había preguntado a la doctora si era familia del Doctor No.

“y en chatarra nos convertiremos.”

martes, 1 de febrero de 2011

Noche XXI


Me lo vuelvo a encontrar. Él no se acuerda de mi.

- Jonatan, ¿no?
- Si –contesta dubitativo y añade- ¿Como sabes mi nombre?
- Me lo dijiste tú.
- ¿Dónde?
- Aquí.
- No me acuerdo.
- Fue una conversación gramatical, esdrújula fue el tema.
- Algo recuerdo ahora.
- ¿Quieres seguir?
- ¿Con?
- Con la gramática –digo yo, pensando que por fin me va a servir de algo la... lengua.
- Bueno.
- Me quedó una duda -le digo con el tono más sugerente que puedo.
- ¿Y es? - me pregunta con un tono del todo indiferente.
- Si es abierta o cerrada.
- ¿El qué?
- La tilde.
- ¿Qué tilde?
- La de la o.
- ¿Qué o?
- La de Jonatan.
- ¿Y quién es Jonatan?
- Tú.
- Yo me llamo Alberto
- No puede ser. No es esdrújula es llana –digo con toda la incredulidad posible.
- Ya, pero lo pronuncio a la inglesa, poniendo el acento en la a.
- ¿Y por qué me dijiste que te llamabas Jonatan?
- ¿Y por qué me dijiste tú que te llamabas como la marca de un coche?