Y para acabar con la tripleta de premios que me cayeron el día 2 de noviembre hoy le toca el turno a Alex de En mi armario empotrado. El premio, lleva por nombre “Premio a la honestidad” y como subtítulo “o a superar la vergüenza”. A Alex no le tendré en cuenta que no me haya puesto ni el primero ni el último de su larga lista de agraciados, ser el 17 de 27 te deja en un limbo muy agradable. El premio lleva consigo aquello de decir diez cosas honestas de uno mismo, pero yo eso ya lo hice en el que respondía al primer premio y seamos sinceros, ya no tengo diez cosas más que contar que sean honestas. Por lo tanto, he escrito el siguiente relato relativo a la “vergüenza” en el que todo es real, aunque todo sea ficción.
Toc toc -¿Se puede? -preguntó Axel.
- Si, si, pasa y siéntate -le contestó el director general. Así lo hizo el obediente de Axel. Pasaron dos minutos en los que el jefe supuestamente aporreaba el teclado de su laptop, y en los que Axel se dedicó a mirar nada.
- Ya está -dijo el director, cerrando la tapa -Estoooo.... ah, si, quería hablar contigo de varios temas. Son temas que no me competen directamente, ya que hay cosas que dependen del responsable de tu unidad, otras de tu jefe de sección, otras de las del departamento, y también de RRHH y algo de informática, aunque esto último afecta al departamento de "facilities", pero de todos es conocido que me gusta el contacto con todo el mundo.
- Usted dirá.
- Me han llegado noticias de que eres un poco cabroncete.
- Yo es que....
- Perdona, Axel, ¿quieres tomar un café, algún refresco?
- No, no. Muchas gracias.
- Umm, ¿por donde íbamos?
- Por lo de “cabroncete” –responde Axel un poco descolocado.
- Ah, si. Nada hombre, no es una crítica, para ser algo y digo algo se tiene que ser un poco.
- No era conscien…
- Tranquilo, no tengo quejas de tu trabajo, todo lo contrario.
- Es por lo que me pagan y...
- Es que es ese uno de los problemas. Tu puta perfección.
- No sabia que...
- Parece mentira que esa manía tuya por la excelencia perjudica y muy mucho a esa medianía que tenemos.
- Bueno es que...
- No me malinterpretes. Somos una gran familia y yo tengo que hacer de padre y buscar una cierta armonía.
- Mire yo... si quiere que sea sincero...
- Es lo que más valoro.
- Pues... es que voy sobrado. Incluso algún día que he acabado el trabajo, he tenido tiempo de ir a misa de una.
- Ves ahí esta el problema.
- ¿?
- ¿Has hablado o invitado algún compañero tuyo para que te acompañe?
- Pu...
- Ves, eso, aparte de ser una actitud piadosa demuestra que no facilitas el trabajo en equipo.
- Lo de la misa...
- Sigamos, sigamos. Me llegan rumores de informática.
- ¿De informática?
- Si, por supuesta suplantación de funciones.
- Yo solo quería no molestar.
- Mira Axel, con la pasta que me cuesta ese departamento, que solo sabe decir, “sal y vuelve a entrar” es imposible que tu les puedas suplantar y además, los sindicatos esto no lo toleran, pero te pongo en aviso.
- Gracias señor.
- Tú, ¿estas contento con el sueldo?
- Hombre ahora que lo dice...
- Me gustan las personas ambiciosas, pero a la vez conformistas.
- Si pero...
- Tranquilo, tranquilo, todo y cuando digo todo, es todo, llegará, eso si, no me preguntes cuando que no soy adivino, soy solo el jefe.
- Gracias señor, pero...
- Paciencia, Axel, paciencia.
- Como usted diga...
- Bueno, también hay un tema delicado.
- ¿Si?
- No se como expresarlo... es difícil. Sus compañeros dicen.... por delante vaya que yo no me lo creo, pero...
- Verá, las opciones personales... –dice un Axel, que se empieza a sonrojar.
- Yo lo respeto todo, somos una graaaan familia, recuerda, pero a pesar de mi liberalismo....
- Para mi esto es muy embarazoso y ...
- Si para ti es embarazoso, imagínate para mí. Piensa que mis decisiones dependen cientos de personas, la gran familia.
- Señor, verá, la diversi...
- No sabes lo que me cuesta esto. En los lavabos sus compañeros se quejan...
- Eso tiene explicación. Soy...
- No, no nos precipitemos. A mi, estos…
- Dimito.
- Axel no se ponga así.
- La dignidad ante todo.
- Hombre, creo que es más cuestión de habitud.
- Sus compañeros se quejan de...
- Dimito, esto es humillante.
- Axel coño, déjeme terminar. Sus compañeros se quejan de que no pasa la escobilla.