- Venga, va, vamos a empezar. Hoy hablaremos de la obra de un escritor gallego, natural de allá de donde unos pimientos pican y otros no –siempre recurría a un cierto facilismo para captar la atención de sus alumnos - ¿Alguien sabe de quien vamos a hablar?
- ¿Si Thiago?
- ¿La autora de “Follas novas”?
- Tú siempre pensando en lo mismo. Buen intento, pero me estoy refiriendo a un autor, no autora.
- ¿Si Theodoro?
- Del hijo de Sandra Bulock –dijo segundos antes de que media clase se empezara a reír.
- Chiste ingenioso. Hoy hablaremos de Camilo José Cela Trulock, natural de Padrón… ¿Si Xim?
- No es de Padrón, es de Iria Flavia.
- Bien, sigamos.
- Otro tuberculoso –le interrumpió Thiago.
- Nunca mejor dicho. Su internamiento en un sanatorio antituberculoso le fue útil en su formación…
- La tuberculosis esta causada por el indeciso de Cock y sus síntomas son sangre en el esputo, fiebre…
- Gracias Runagay pero intentaremos hablar de literatura no de medicina.
- ¿Si Álex?
- Que Runagay ha hecho una broma con falta ortográfica. Bacilo va con be alta y vacilar con uve.
- Era una broma fonético-asociativa –se defendió Runagay.
- En ese caso no tendrías que haber dicho “sangre en el eschapero”, ¿no?
- Esto es la polla –se oyó en clase y alguien dijo- ¿Con elle o con y griega? -dijo otra voz y toda la clase volvió a reír. El profesor se palpó el bolsillo derecho de su americana tweed donde llevaba la pipa, dudando si utilizarla como arma arrojadiza contra alguno de sus tostesterónicos alumnos. Haciendo gala de una falso talante democrático, les preguntó a sus alumnos, que obra de las relacionadas en la pizarra querían leer.
- La insolita y gloriosa hazaña del Cipote de Archidona –dijo Stultifer
- Eso, eso, Málaga forever… ¿young? -apostilló Theodoro.
- A mi lo de Archidona me la suda, pero lo del cipote… -se oyó decir a Thiago y una voz femenina dijo –ya empezamos.
- Yo me inclinaría más por “Rol de cornudos” o “El asesinato del perdedor” o “El bonito crimen del carabinero” -dijo Stanley
- “El carro de heno”, o sea, mínimo tres al día –soltó Thiago.
- ¿Y “Pabellón de reposo”? –preguntó Runagay
- ¿Y leer sus artículos en la revista “Papeles de Son Armadans”? –propuso Xim.
- ¿A nadie le gustan los libros de viaje? –preguntó el profesor.
- A mi la guía Campsa –se oyó.
- Y a mi la Grace Jones –gritó otro y a continuación se pudo escuchar el inevitable “Y a mi Paco!”.
- Pues opino que en la canción
I've seen that face before está insuperable, aunque no sea una de mis favoritas –opinó Theodore.
- A ver, A ver. Una guía de viajes no es un “libro de viajes” y por cierto, la choferesa que salía en el anuncio de Campsa junto a Cela no era Grace Jones. Como veo que hay demasiada disparidad de criterios propongo “Viaje a la Alcarria” como lectura obligatoria. –quedando dos minutos para que finalizase la clase, ningún alumno rechistó.
Al acabar la clase, mientras borraba la pizarra, el profesor pensaba en que día publicaría su Viaje a la Alcarria. Fue a principios de los ochenta, a finales de enero, en unas maniobras de la División Acorazada Brunete. Aún recuerda, como si fuera ayer, al infeliz del teniente llamado “jomeini”, aunque ahora lo recuerdaba como un pobre hombre. Cada año, cuando llega el frío –cuanto frío pasó- les hace leer a sus alumnos el mismo libro de Cela.