jueves, 3 de mayo de 2012

Deja, deja, buf!!!

Cuando llegó al andén miró al gran reloj y en ese mismo instante la aguja de los minutos pasó del 46 al 47 haciendo un pequeño rebote. Él, instintivamente, hizo el mismo movimiento de rebote con la cabeza, algo casi imperceptible.

Un hombre sentado en un banco descruzó las piernas y al dejar descansar la cruzada en el suelo, hizo un leve movimiento de rebote, casi imperceptible. Él, instintivamente, hizo el movimiento de rebote con la cabeza.

A su lado, al del hombre descruzado,  había una joven buscando algo en su cartera-monedero,  semi-extrajo una tarjeta y la volvió a colocar con el dedo índice y para asegurarse de dejarla bien colocada le dio un leve golpecito, seguido de un casi inapreciable rebote.  Él, el instintivo, instintivamente (v.l.r.) hizo el mismo movimiento de rebote con la cabeza y no le pasó desapercibido el rebote del hombre cruzado. Pasaba esto justo en el instante de pasar del 47 al 48 con el consiguiente rebote. La de la cartera-monedero volvió a rebotar con su índice y su tarjeta, el descruzado, más de lo mismo, y el instintivo no fue menos y rebotó, esbozando a continuación una leve sonrisa seguida de otra mucho más leve, a modo de rebote, acompañado de un nuevo rebote del descruzado y de lo propio de la tarjetera. Eso ya era efecto dominó con eco.

Y paso lo irremediable cuando la reboteadora aguja minutera tenía que pasar del 48 al 49. La aguja no se movió, rebotó levente y se quedó en el 48.  El descruzado le pegó una patada a la cartera-monedero de la joven, esta, fue volando cerca del instintivo, que en un acto muy suyo intentó cogerla al vuelo con tan mala fortuna de caer al suelo del andén junto al desdichado monedero-cartera (¿o era cartera-monedero?).  El descruzado se levantó raudo pero no veloz y se acercó al instintivo yacedor, reclinándose para coger la cartera. En ese momento se oyó un golpe seco, algo húmedo, como un “scroshf”,  producto del impacto de la cabeza del descruzado con el tren que en ese mismo instante llegaba a aquel punto del andén. El monedero-cartera salió despedido hacia el regazo de la joven seguido de una masa sanguinolenta, que tuvo igual destino. Ella, lejos de sorprenderse, recogió su objeto, y pasó el dedo corazón sobre la masa amorfa (¿o era amorfa masa?), se lo llevó a los labios y con un movimiento rápido de lengua lo probó, relamiéndose  los labios a continuación, en un acto de rebote inverso, justo en el momento que las agujas del reloj pasaban del 48 al 47. Había un hombre sentado a  su lado. Este cruzo las piernas, la parte inferior de la pernera, al retroceder, dejó a la vista un curioso tatuaje, en el que ella reposó su mirada. Desvió la vista hacia el andén justo cuando un hombre estaba a punto de pasar por debajo del reloj de la estación. El hombre hizo unos leves movimientos con la cabeza. Miró el reloj, marcaba 46 pero habría jurado haber visto segundos antes que eran 47.


Fe de erratas: RAE: minutero.
1. m. Manecilla que señala los minutos en el reloj. 

6 comentarios:

...Runagay dijo...

Cada vez hay menos estaciones con relojes analógicos que permitan rebotes surrealistas, carteras voladoras y retrocesos en el tiempo. Una pena.
Estoy encantado de que aceptes mi invitación.
Kisses.

Uno dijo...

Me alegra verte de nuevo por aquí. Y en plena forma por lo que leo. Espero que el efecto rebote funcione y otros pequeños (y muy grandes) desertores hagan lo propio.

Un abrazo

Argax dijo...

A mí que esto me parece magnífico y que es de esas cosas que se quedan rebotando entre las ideas un tiempo más que notable...

Chevy dijo...

Runagay:
Las estaciones a las que últimamente me hecho asiduo, tienen aún relojes analógicos. Aqui aún estamos en el siglo pasado... o en el pasado del pasado. Hay cosas muy surrealistas.

Uno:
Yo solo puedo hablar en mi nombre, pero me temo que más de uno se ha quedado en el camino. Espero perseverar.

Argax:
Las cosas rebotean, pero ultimamente es la gente que "pilla" rebotes. Más de uno tiene razón.

A todos (a los tres) gracias por vuestra re-acogida. Hasta otra!!!

Kisses

tatojimmy dijo...

Es una pena, porque en el rebote del 48 al 49, que se quedó al final en el 48 bis, se había puesto todo muy interesante. Ese dedo de la cartera-monedero, o viceversa, recogiendo el néctar volador y sanguinolento del instintivo de la pierna, era muy prometedor.
la duda es si la historia empezó en el minuto 46 de la mañana, o de la tarde. Si era de retirada, o el principio. Y si en el bar de la estación, a parte de tener relojes reboteadores, tenían absenta.

besos.
muchos.
envueltos.

Chevy dijo...

Tato, en mis "estaciones" no hay bares, y si los hay... no los he visto. Sólo alguna máquina de "vending". Para tu información, eran exactamente las 19:46 cuando empezó todo. ¿nunca has visto un relog reboteador? Los hay por doquier!!!

Tks por tu comentario.
Kisses