martes, 30 de junio de 2009

Absurdo X

- Se ha muerto Miguel.
- Si, ya, pobrecito.
- Se ha muerto Maria, Maria Farrah.
- Si, ya, pobrecita.
- Bueno, de esa no lo sabemos.
- ¿Que este muerta?
- No, si era pobrecita.
- Si, ya.
- También murió Vicente.
- Si, ya, pobrecito.
- Pobrecitos sus pobrecitos.
- ¿Que no eran intocables?
- Esos eran los de Eliot Ness.
- ¿Los del lago?
- El de los discos.
- No, la casta.
- La raza.
- ¿Ese no era Franco?
- Ese también murió.
- Pobrecito, si, ya.
- Fíjate tú, solo se mueren los pobres.
- ¿Para ser pobre te tienes que morir?
- No, mueres si has sido.
- ¿Pobre?
- No, alguien.
- ¿Quieres decir que nosotros no moriremos?
- Exacto.
- Pobrecitos.

lunes, 29 de junio de 2009

Entrevista II (Pre)

Hoy(*) es el día. Mi apoderado lo había arreglado todo. Es mi segunda entrevista “tête à tête”. Hasta ahora solo había dado ruedas de prensa, a veces parecidas a ruedas de reconocimiento. Se quien me entrevista. Me han pasado un perfil del entrevistador. Por cortesía, solo por cortesía me lo he mirado. Si eso es un perfil, como debe ser por delante y ya ni me quiero imaginar como será por detrás. Quita, quita, que aún siendo famoso, me queda tiempo para investigar algo.

Después de un concienzudo trabajo de campo, llego a la conclusión de que hay un error. Creo que se trata de un personaje clonado por cruce de Antonio Gasset y de José Luis Fradejas. Yo de cine, bueno si, lo estoy, pero saber, poco, bueno, algo de los hermanos Lumière (eso de los hermanos creo que le va) y poca cosa más. Y de música, algo se, que es esdrújula y que va a gustos, y también se que gusto y a veces doy gusto, pero eso es música celestial y creo que de eso no habla. Ni idea de "aloqueviene".

No creo que necesitemos traductor. El se mira las “pelis” en V.O. Igual subtítulos. ¿Y si parodio mi acento? No, no, mejor que no, que es entrevista con copas y puedo acabar hablando kazako. Lo que salga, eso si, alguna palabra en ingles, francés e italiano quedan de lo más. Si la cosa se tuerce, le dejo ir algo en alemán, siempre acabas escupiendo.

Y que me pongo. El sombreo... no, hace calor. El bastón... tampoco, se pensará que soy borde como el House, pero lo puedo ser más e igual se piensa que me mofo de ese estilo de música. Me vestiré neutro, unos vaqueros, una camisa blanca, de manga larga y unas zapatillas por si se tiene que salir corriendo. Ah los calcetines, algo “frikis”, sin pasarse. Desenfado elegante, lo definiría yo, simplismo aburrido lo catalogarían otros, pero la percha es la percha. Hoy me pondré una pulsera, mitad cuero, mitad plata, que en si no dice nada, pero que se puede hacer cientos de pajas, mentales, elucubrando su significado.

Ay, llamo al Martín Pescador (así se llama mi apoderado), tengo “bad vibrations”. No, no, que después me pondrá a parir, bueno lo hará igualmente, pero no les demos ideas.

Si, si que llamo. No, no. Sobre todo he de tener cuidado con lo que toque. Igual es un fetichista y se dedica a coleccionar vasos con ADN. ¿Y si es un agente del CNI? Joder. Igual es un tío genial y nos lo pasamos teta. ¿Teta? Uy quita, quita.


Nota: Hoy no es hoy, hoy era un caluroso viernes del més de junio

viernes, 26 de junio de 2009

Diván VIII

- Hola, llamaba para pedir hora.
- ¿Sr. Chespir?
- Si, el mismo, pero llámame Chevy, cielo –le digo, mientras pienso lo hortera que soy.
- Pero a usted, ay perdona, a ti no le toca hasta el mes que viene.
- Que no me toca nadie, lo se. Y también se que tengo hora el mes que viene, pero tengo una urgencia.
- Espere, ay perdona, espera un momento.
- Espero.

…/…

- Sr. Chespir, ay perdona, Chevy, le, ay, te va bien hoy, será tarde, a eso de las ocho.
- Ah, vale, agradecido estoy, es que verás la otra noche…
- Sr… ay perdona, Chevy, pero no soy el “doctor” y no me está permitido…
- Perdona cielo, perdona. Bueno, pues vendré a esa hora. Chao.
- Adiós señor –dice mientras cuelgo. Mierda, me tendría que haber esperado al “ay perdona”, ¿cómo rectificaría?, con un “chavalín” o con un “cielo”, no, no eso no demasiado para ella, igual con un…

…/…

A las ocho estoy en la puerta del terapeuta. Pulso el timbre. Como no oigo nada, lo vuelvo a pulsar y así cuatro veces. Al final se abre la puerta y me sueltan:
- Que no somos sordos, hombre!
- Uy, perdón, es que como no se oía….
- Si, ya, pase, pase.
- ¿La recepcionista ya se ha ido?
- ¿Perdón?
- La recepcionista…
- Ah, querrá usted decir la coordinadora de planificación.
- Bueno…
- Si, si, ya se ha ido. El convenio marca como hora de salida las 18:11.
- ¿18:11?
- Si, en la última negociación cedí cuatro minutos. Pase, pase.
- Ah.
- ¿Y bien?
- Verá, el otro día me senté en un banco con un amigo…
- Ahá
- Y dejé entre ambos un hierro, que nos separaba.
- ¿Y?
- Que necesito saber, el por que del hierro.
- ¿Ha hablado con el ayuntamiento?
- No, ¿por qué?
- Para que le expliquen el por que del hierro.
- Ah, pues no había pensado en eso.
- Mire, en situaciones extremas, siempre es mejor hacer un alto en el camino y replanteárselo todo. En nuestra jerga lo llamamos “retrospección positiva”.
- Oh.
- Y ve, da resultados simples. A veces, los grandes males tienen sencillas soluciones.

Mientras me alejo de la consulta, tengo una extraña sensación y me cuesta explicar que es. Me tranquiliza pensar que mañana llamaré a la “coordinadora de planificación” para pedirle el teléfono, el del Ayuntamiento.


jueves, 25 de junio de 2009

Siete Gatos V

Domingo por la mañana. Cerca del mediodía. Me levanto. Si no me muevo yo, aquí no se mueve nadie. Después de la visita inexcusable voy a la cocina. Tres naranjas tres, pasan por el exprimidor. Un fifty fifty, ingiero mi parte y le llevo la suya a quien yacía a mi lado. Se hace el dormido pero esperaba que hiciese esto.

- ¿Que te apetece hacer hoy? –le pregunto.
- No se.
- Bueno, te lo piensas mientras me ducho.
-¿Que? -le pregunto entrando con la gran toalla enrollada en la cintura.
- Que ¿de que?
- ¿Que qué te apetece hacer?
- Ah, no se.
- Podríamos ir a la playa, hace un día espléndido.
- Uf, con las locas de tus amigos.
- No creo que estén, recuerda como estaban ayer noche.
- No se.
- Y que tal si vamos a tomar un vermut a una terraza.
- ¿Ya?
- Si ya -contesto algo impaciente.
- No se.

Al cabo de un rato pertrechado de dos diarios con sus correspondientes suplementos dominicales, entro en una cafetería, solo.

- Hola! -digo mientras entro en casa.
- Hola! -oigo a lo lejos. Le encuentro en la cama, aun.
- ¿Que te apetece comer?
- No se.
- Voy a preparar algo, mientras te duchas.
- Bueno.

Comemos un poco de pasta fresca y un bistec de buey, que estaba tremendo, sea dicho de paso. Mientras él toma café, yo arreglo la cocina. La experiencia es un grado. Ya repantigados en el sofá le digo:

- ¿Quieres ir al cine?
- No se -contesta
- ¿Y que te gustaría ir a ver?
- No se.
- “Caroline” me han dicho que esta bien.

Cuando me giro le veo sumido en un profundo sueño. A eso de las siete, se despierta y merienda unas “Oreo”. “No se porque le compro esas putas galletas" pienso.

- Oye ¿te apetece que vayamos a tomar algo, a aquel sitio que te gusta tanto?
- No se.
- ¿No quieres hacer nada?
- No se.

Después de cenar, en un arrebato de iniciativa sin precedentes dice:

- Estoy muy cansado, me voy a dormir.
- No se -contesto yo. Cinco.

miércoles, 24 de junio de 2009

En Cade Nado (I)

Hoy verbena.
Mañana fiesta.
Fiesta para algunos.
Algunos trabajarán.
Suerte.
Desdicha.
Más vale nunca que tarde.
Tardé.
Pronto, polvo, brillo.
Lustre, lastre, peso.
Oro.
Vale.
¿Ya?
Bueno, va.
Viene.
Viena.
Pan.
Pim.
Pong.
Penh.
Kampuchea.
Ian Dury.
And The Blockheads.
Sex, Drugs & Rock & Roll
Coca.
Verbena.
Fuego, pólvora, shhhiiiiiiiiiiiiiiiiiii, Pum!
Verbena.
Cava, tumba, chumba. Chumba-Chumba.
Verbena.
Fiesta. Vazquez García. Almería once again.
………
………………
……………………… Paz ………

PD:Este post ténia que haber aparecido a las 0:01. Blogger, segundo día que fallas.

martes, 23 de junio de 2009

Noche X


Oía ayer a Bono, el de U2, decir que Barcelona es la capital del “surrealismo”. Hombre, eso de darle la capitalidad por eso, me parece algo pasado de rosca, pero entendiendo que lleva unos días por aquí (y los que le quedan) probando el “gaudiniano” escenario para la gira 360º y que ya se sabe que esta gente es dada a los piropos localistas, tampoco me sorprendió. Muy despistado tampoco va, porque pasan cosas surrealistas como la que me aconteció unos días atrás.

Andaba yo, acompañado, por una céntrica, y gran plaza, cuando, a modo de despedida, nos sentamos en un banco(*). Ese era el momento de decir las cuatro cosas, a modo de resumen y aquello tan precioso de “si te he visto, me acordaré” (¿o no era así?). Hasta aquí todo parece normal, si, lo único anormal era la hora: era tan tarde, que ya empezaba a ser pronto.

De repente apareció como surgido de la nada, un conocido. Lo llamo y se acerca. “Hola, estoy buscando a esos indios que venden esas empanadillas rellenas. Tengo mucha hambre”, nos dice. Yo contesto con un cortés “Ni puta idea”, al que él corresponde con un “Ah.”, y se aleja, plaza abajo. Digamos que el “conocido” iba ya en la parte naranja del cuenta revoluciones. Yo, tras ver que se aleja, me giro hacia mi “me acordaré” para empezar a acabar.

“Hola”, oigo tras de mi. Ya lo tenía sentado a mi izquierda. “No los encuentro” añade. A la derecha del padre seguía mi “me acordaré”. Los medio presento, más que nada, porque estaba en el medio y le espeto un “Vas bien, eh”. Le podía haber dicho “Como esta el IPC, eh”, con la misma entonación que hubiese entendido lo mismo. Y nos suelta la historia de que el último día que “iba bien” se despertó en su cama con un negro, “pero muy negro” remarcó, y también la forma como se deshizo de él. En esas que aparece un tío que no recuerdo de que etnia procedía ofreciendo trueque de cigarrillo normal por uno que él te liaba. Yo tenía excusa para no hacer la transacción, pero el “conocido” la realizó, pero debía “ir” mucho, pero no demasiado, ya que rehusó el liado. Repuestos de esta transacción, surge como de la nada un paqui-indú (o indú-paqui) con, oh! sorpresa, las famosas empanadillas. Después de regatearle el precio, y conseguirlo, le compra tres, que son convenientemente regadas con salsa de yogurt, perejil y algo más que el paqui-indú es incapaz de decirnos. Mientras se las zampa, habla por los descosidos, la verdad, ya no recuerdo de que. Lo que si noto es cierto atisbo de impaciencia en mi “me acordaré”. Pasa un nuevo “paqui-indú” pero se queda sin negocio (no llevaba salsa). Pasa un (como mínimo) hombre de esos que yacen al lado tuyo cuando te despiertas. Fumamos todos.

Al final él conocido se levanta. Yo, a modo de piropo le suelto, “estás muy delgado” y él a modo de respuesta casi nos enseña hasta la partida de nacimiento. Nos cuenta otra historia, esta vez del gimnasio, y nosotros, mi “me acordaré” y yo nos levantamos aduciendo que era tarde, nos despedimos con los “muacs” de reglamento y él se va por donde vino y nosotros nos vamos hacia nuestro despido.

Un centenar de metros más abajo, un sentido abrazo, “un muac” y adiós. Ya en el taxi pienso, “A Hard Day's Night” y empiezo a jugar con el orden de las palabras. La carrera da para un sms con respuesta. No se porqué me sale “In the town where I was born”. El taxista, curiosamente de etnia indeterminada, me pregunta “¿Qué número me ha dicho usted? Yo no le había dicho ningún número.


(*) Comentar en mi próxima visita al terapeuta, porque me senté en el banco dejando entre los dos un hierro que nos separaba levemente.


lunes, 22 de junio de 2009

Butterfly Award

La semana pasada recibí un premio. Fue de forma sigilosa, sin previo aviso. Si pasas lo ves, sino, mala suerte. El nombre del premio me sugiere varias cosas. La primera, la ópera de Madame Butterlfly, Puccini se vuelve a cruzar en mi camino. La segunda y más evidente, ese insecto que siempre me había llamado la atención de la poca consistencia que tienen sus colores. Y por último, para no aburrir, el famoso “efecto mariposa” (del que me considero un estudioso) que es el nombre popular de la "dependencia exponencial de las condiciones iniciales en la teoría del caos". Uy, me dejaba “Papillon”, bueno, ya está dicho. Lo cierto es que no he encontrado el significado inicial del premio, por lo tanto, lo que interpreto de él es como un agradecimiento, igual la leyenda es el verdadero significado. Ya he expuesto en anteriores post mi opinión sobre estos premios piramidales. Seguiré en la misma línea.

El “agraciador” ha sido Alex. No hace excesivo tiempo que nuestras vidas en el cibernético espacio se han cruzado. Tenemos blogs y comentaristas comunes y nuestras opiniones van desde la coincidencia a alguna divergencia, pero siempre presidido por muy buen rollo, excesivo, tal vez, a mi me da que él es un poco…. no se, no se. Su bloc es pura espontaneidad y sinceridad, hace unas entradas en que se desnuda sin ningún rubor y se nos muestra tal como es. Se nota que su vida no ha sido fácil, al menos en lo que se refiere a su afirmación como persona dentro de esta sociedad tan rara en que vivimos. Escribir tus filias y fobias creo que es una terapia que ayuda a superar determinadas cosas y si encima tienes comentaristas que te ayudan (y no me incluyo en ellos), pues mejor que mejor. La única crítica que le hago a su blog, es que hace algunas entradas excesivamente largas. Si, ya se, el tamaño no importa, pero a veces….. Felicidades Alex por ser como eres y luchar cada día para sentirte mejor. Ah, y gracias por la mantequilla voladora o ¿es una mosca de mantequilla?


viernes, 19 de junio de 2009

Tramontate, stelle.


He aquí una traducción adaptada (solo la he masculinizado algo) del aria “Nessun dorma” de la ópera Turandot de Giacomo Puccini.

Oh, oh, el Chevy hoy va de culto. Pues no. El Chevy siempre será un garrulo (sic) provinciano (¿pleonasmo?) pero intenta disimularlo. Es un juego, como casi todo. La primera parte consiste en decir, quien quiera, que le sugiere la música y/o la letra de esta pieza musical. Como el post se publicará a las “0:01” y aún no se programar los comentarios, al pie lo haré. La segunda, y esta es para nota, se aceptan opiniones de porque he puesto esta pieza y no por ejemplo… “Una furtiva lágrima”.

A quien no este acostumbrado a escuchar ópera, recomiendo que primero se escuche con los ojos cerrados, dejando que os bañe el sonido y después seguirlo con la letra. Aviso, crea adicción.

El príncipe desconocido:
¡Que nadie duerma! ¡Que nadie duerma!
¡También tú, oh Príncipe,
en tu fría habitación
miras las estrellas
que tiemblan de amor y de esperanza...!
¡Mas, mi misterio está encerrado en mí,
¡Mi nombre nadie lo sabrá!. No, no
Sobre tu boca lo diré
Cuando la luz brille
¡Y mi beso fulminará el silencio
que te hace mío.!

Voces de “mujeres” :
Su nombre nadie sabrá...
¡Y nosotros, ay, deberemos, morir, morir!

El príncipe desconocido :
¡Disípate, oh noche! ¡Tramontad, estrellas! ¡Tramontad, estrellas!
¡Al alba venceré!
¡venceré! ¡venceré!



Nota: Tramontar, según la RAE : “Disponer que alguien se escape o huya de un peligro que le amenaza”. Si alguien desea información sobre la trama de Turandot, aquí
la tiene.

Comentario

Chevy dijo...

A mi, el trozo donde dice, “Ma il mio mistero è chiuso in me” me proyecta la imagen de algo flotando en medio del mar, con un suave oleaje. La letra… buf.

Y los tres últimos “vincerò” los encuentro sublimes, los tres diferentes, el primero delicado, pese a su fuerza, y el segundo te prepara para el colofón final, donde el “cer” sostenido y fuerte deja paso a un “rò” de una nota menor donde el cuerpo queda descansado después de haberte llevado hasta casi el éxtasis. ¿Éxtasis?.

Kisses

19 de junio de 2009 0:01

jueves, 18 de junio de 2009

Abusos deshonestos IV

- Lo vi con mis propios ojos.
- ¿Qué viste?
- El accidente. Era un coche negro oscuro conducido por una persona.
- ¿Una persona humana?
- Si. No iba a ser un perro canino.
- Bueno, hay personas raras.
- Y tenía una hemorragia de sangre, que no paraba.
- Dramático.
- Pués fui un testigo presencial de primer orden.
- Siempre te he dicho estás en todas partes.
- ¿Y sabes lo más gracioso?
- No.
- Llevaba peluca postiza.
- Eso es un supuesto hipotético.
- Juro por Dios que no.
- ¿Algún dato relevante más?
- Que era funcionario público.
- ¿Llevaba un cartelito anunciadolo?
- El coche era de una institución pública y lo ponía en tres idiomas diferentes.
- Oye....
- ¿Si?
- ¿Y tu que hacías alli?
- Por la empresa. Estamos construyendo un tunel subterraneo.
- ¿?
- Si, hombre, aquel que pasa por debajo de la embajada extrangera.
- Ah, si, que teniais el monopolio exclusivo.
- Si, fué como un regalo gratis.


NOTA:
Hoy el abuso ha sido del pleonasmo. La wikipedia dice: “En retórica un pleonasmo es una figura de construcción que consiste en emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios para que tenga sentido completo, añadiéndole, sin embargo, expresividad a lo dicho. En retórica y pragmática el pleonasmo es una expresión en la que existe redundancia o repetición lógica entre términos contiguos de un mismo enunciado.”. En el texto creo que hay quince, casi todos ellos metidos con calzador. Y a ti, ¿a que te suena pleonasmo?


miércoles, 17 de junio de 2009

Regalo (In) II


- El sábado pasado me hicieron una dedicada.
- Joder, a mi eso me corta un montón. Pensar que alguien está pensando en ti…mientras…
- Creo que te confundes.
- ¿No estabas hablando de…?
- No. Me hicieron una entrada dedicada. Un post.
- Ah, vale! ¿Y como te enteraste?
- El lunes, las visitas de rigor. El fin de semana descanso, normalmente, y los lunes se me acumula el trabajo.
- ¿Y como sabes que era una dedicatoria?
- Por como empieza: “Ay, Chevy, Chevy, Chevy”, aunque …
- ¿Qué?
- Que dudé por un momento. Como le gusta mucho el cine pensé que era un post dedicado a Chevy Chase.
- ¿Y que te sacó de dudas?
- El tono directo. Directo a la yugular.
- ¿Era un ataque?
- Creo que no, pero en la segunda línea me desnuda.
- El muy...
- Me posibilita como “bufón de plebeyos”
- Oh, que fuerte.
- Si, era un secreto tarantiniano que tenía. En mis adaptaciones de Shakespeare, siempre me reservo un pequeño papel, y siempre me cojo el papel del bufón.
- ¿Si?
- Mira, hasta me se trocitos de memoria:

"Guarda más de lo que enseñas,
di menos de lo que sepas,
presta menos lo que tengas,
más caballo y menos piernas,
si más dicen, menos creas,
sé más cauto en tus apuestas;
vino y putas deja ya
y no pases de tu puerta,
y verás que tienes más
de veinte en cada veintena."

- Me dejas épatè.
- Y después da en el clavo con lo del joker.
- ¿Te llama comodón?
- No tonto. Sabe de mi debilidad por Denis del Mar.
- Uy, Uy, Uy. ¿No será una especie de Salander que se ha metido en tu…?
- No, no. Se llama Xim.
- Xim….
- Si. Xim. Y hasta me bautiza!
- Guau. Eso es que debes haber cometido pecado original.
- Actualmente, pecar ya no es original, pero él cambia agua por letras.
- ¿Como si te tirasen una sopa de letras por la cabeza?
- Más o menos, pero junta una palabra y me la aplica: patafísico.
- Coño.
- Coño no, patafísico. Suerte que lo explica a continuación porque yo ya estaba pensado en Adrien Brody.
- Jajajaja. A veces un poco pataborde lo eres.
- Eh, eh. Sin faltar.
- Es que a veces…
- Y también habla de “la reducción al absurdo”.
- Hostias. ¿Y como sabe el puñetero ese tu relación con el Pedro Ximénez?
- No se. Igual es una coincidencia. Ya sabes que por ahí corre mucho cocinitas suelto.
- ¿Alguna cosa más?
- Alguna, pero prefiero no comentarlas. Nuestra conversación es en (o sobre) blanco y negro y me podría sonrojar.
- ¿Tiene título, el post?
- Si. "El sonido de las flechas".
- ¿Y que crees que quiere decir?
- En realidad el título no es para mi, es para él. También le gusta y entiende un montón la música y de ahí lo del sonido.
- Es una interpretación. ¿Y las flechas?
- Eso ya me ha costado más. Pero tiene que ver con los indies. Ya sabes…
- Ya lo decía yo, eres pataborde. ¿Tienes el link?
- Aquí lo tienes.

.../...

- Chevy
- ¿Qué?
- La cagastes, burlancaster.
- ¿Por qué?
- El post esta dedicado a Chevy Chase.
- Gracias, de todos modos.
- De nada.
- A ti no, a él, gracias a él.


martes, 16 de junio de 2009

Absurdo IX

Dos conocidos que quieren pasar del mero estado del conocimiento al sublime estado de la amistad se encuentran y para cimentar su futura relación tienen el siguiente intercambio de palabras:

- ¿Quedamos para tomar un café?
- Lo que tú quieras.
- O mejor, para tomar algo.
- Si, mejor, que lo del café condiciona horarios.
- Puestos a condicionar, el algo, también me condiciona.
- Estoy a tu disposición
- ¿Te apetece más que demos un paseo tranquilo?
- Hombre, depende de la hora que sea…., pero tu mandas y ordenas.
- Pues si vas a estar cansado… cine y una copita, ¿qué te parece?
- A mi, perfecto.
- Bien, ¿17 otra vez?
- Uy
- ¿Ya la has visto?
- No, no. Que dices!
- Entonces…
- El Zac ese, mira, será muy mono, pero no es mi estilo…
- Perdona, olvidaba que eras cinéfilo.
- Hombre, yo no diría tanto pero la adolescencia la tengo… superada.
- Si, si. Tienes razón. En que estaría yo pensando.
- Igual pensabas en ir al cine pero… no mirar la película.
- No es versión original subtitulada.
- Yo me refería a…
- Si, tonto lo soy, pero idiota no.
- Entonces… nos entendemos, ¿no?
- Yo no tengo “home cinema”.
- Yo tampoco.
- ¿Quedamos para tomar un café?
- Lo que tú quieras.


Nota:
Fracasado el intento de ir a ver la película deseada, alfa (el macho dominante), tendría que haber propuesto ir a ver "Hiroshima, mon amour", pero el mensaje subliminal que le lanza beta, le descoloca tanto que se asusta. Hacía tiempo que nadie se escapaba con una excusa tan cutre.

lunes, 15 de junio de 2009

Diván VII

- El otro día me llamaron desagradable.
- Hombre, a veces lo parece.
- Ah, ¿usted también lo dice?
- Si, y me ratifico, lo parece.
- Pero en que sentido, que le desagrado o que le disgusto.
- En ambos
- ¿En ambos?
- Si, si, en ambos.
- ¿Qué no le pago sus abultados honorarios?
- Si, lo hace. Si no lo hiciese seria un moroso, aunque…
- Aunque ¿qué?
- Seria un moroso, que parecería desagradable.
- ¿Qué me quejo de lo que me cobra?
- No, no es eso.
- ¿Qué le pago a destiempo?
- No, tampoco.
- ¿Qué le exijo la factura?
- No, no.
- Entonces, ¿que es lo que encuentra tan desagradable? –digo, remarcando la separación silábica de esta última palabra.
- La forma en como cuenta los billetes.
- ¿Y que tiene de malo?
- Primero como se saca ese fajo mugriento de billetes del bolsillo.
- Es lo que se hace, cuando se llevan ese sitio.
- Segundo, esa forma que tiene de mojarse los dedos.
- Es que si no lo hago, no puedo contarlos bien.
- Tercero, a cada cincuenta repite lo mismo “Doscientos cincuenta, ¿no?”
- A veces, alguien me rebaja algo…
- Y por último, me los da como si me perdonase la vida.
- ¿Prefiere que se los meta en un sobre, finolis?
- Lo que no me gusta es que me pague cada visita con cincuenta billetes de cinco.
- Lo aprendí de las películas de serie B, lo del fajo, y ahora resulta que por eso soy desagradable.
- Pues si. Le pedí que me pagara en metálico y usted lo ha llevado demasiado lejos. En las tiendas me miran mal.
- Es usted un afortunado.
- ¿Por qué?
- Porque al psicoanalista le doy ciento veinticinco.
- Coño, ¿cobra más que yo?
- No, no. Lo mismo, pero le pago en monedas de dos euros. También quería metálico.

viernes, 12 de junio de 2009

Regalo (In)


Tengo que confesar una cosa. Aquí, el tono jocoso-festivo de muchos post que publico queda aparcado. El texto me sale ronco y entrecortado.

He tenido un regalo. Si, alguien escribió sobre mi. Bueno, sobre mi, no, sobre mis textos, pero no encima, sino acerca, aunque él este relativamente lejos, en la distancia, física.

El miércoles por la mañana, lo leí. El título y una palabra me hicieron sospechar. Lo tuve que leer tres veces y consultar un par de palabras en el diccionario, hasta cerciorarme de quien (o sobre, no encima, acerca, lejos) hablaba.

Oh!, tierra!, trágame!, pensé. Después le pedí, a la tierra, que esperase un momento, que quería disfrutar del post una vez más.

Dice cosas que me han ruborizado y causado alguna reacción físico-química en mi organismo. Lo que él no sabe es que en todo esto hay un muy mucho de acción-reacción.

Obtener este, para mi, tesoro, tiene un peligro. Hasta ahora conocía la técnica del rodillo. Tengo que aprender el estilo "Fosbury" para poder seguir.

Recibir este tipo de cosas no es el objeto de este blog, pero gustan. Lo cree como un divertimento, que casi se esta convirtiendo en vicio y lo mejor que he encontrado en el, hasta el momento, son personas.

El post está escrito con tal exquisitez que es difícil saber a quien se refiere. Yo, solo para llevarle la contraria, de exquisito, este post, no tiene nada, pero si que nombro a mi regalante. Tic, tac, tic, tac.



PS: Lo importante del post es lo anterior. Lo que sigue es un complemento musical que me sirve para alargar el agradecimiento. Sólo son tres minutos y medio más de agradecimiento. Ah, y si lo que habéis leído y no os ha gustado, la culpa es del regalante. Note el oyente como pronuncia Joan Baez las erres. Los ingleses y americanos detectan fácilmente a un español por la pronunciación de las erres.




Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me dio dos luceros, que cuando los abro,
Perfecto distingo lo negro del blanco
Y en el alto cielo su fondo estrellado
Y en las multitudes al hombre que yo amo.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el sonido y el abecedario;
Con él las palabras que pienso y declaro:
Madre, amigo, hermano, y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado el oído que en todo su ancho
Graba noche y día, grillos y canarios,
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos,
Y la voz tan tierna de mi bien amado.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la marcha de mis pies cansados;
Con ellos anduve ciudades y charcos,
Playas y desiertos, montañas y llanos,
Y la casa tuya, tu calle y tu patio.

Gracias a la vida que me ha dado tanto.
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto.
Así yo distingo dicha de quebranto,
Los dos materiales que forman mi canto,
Y el canto de ustedes que es mi propio canto,
Gracias a la vida que me ha dado tanto.

jueves, 11 de junio de 2009

Siete Gatos IV

Entramos en el restaurante, tras darnos a conocer y comprobar la reserva, nos acompañan a una mesa.

- Un sitio muy agradable.
- Si, no recuerdo quien me lo comentó –digo, más bien miento, lo saqué de una reseña de algún dominical.

Él, una vez situadas sus apetecibles posaderas en la butaca, empieza con el ritual que me empieza a poner… de los nervios. Deja caer la servilleta en su regazo, desplaza unos centímetros los cubiertos, alejándolos del plato de cortesía y resitúa las copas unos milímetros. La escena es más propia de Kasparov antes de empezar una partida.

- ¿Desean beber algo los caballeros?
- Yo me esperaré al vino, ¿y tú?
- También –contesta. Cuento mentalmente hasta cuatro y cuando el camarero ya se ha alejado un par de metros, dice:
- Una cañita, por favor –suerte que lo dice mirando al camarero, porque yo lo digo al unísono con los labios.

Repasamos la carta. Nada nuevo bajo el sol. Es la primera vez que venimos, pero la oferta de platos, es más de lo mismo.

- ¿Los señores lo saben ya? –pregunta muy educadamente el maître. Inexorablemente mi acompañante formula la pregunta esperada.
- ¿Tienen algo aparte de la carta? –con una entonación que denota interés. Falso.

Nos recita unos cuantos platos de productos de temporada y después unos pocos pececitos, de aquellos que no ponen en la carta por que no les caben los ceros. Antes de que él se lo diga, me anticipo, solo para joderlo.

- Nos lo pensamos un poco más –digo yo.
- ¿Y tú que tomas? –me pregunta. Sigue el manual al pie de la letra.
- Como siempre, algo suave de primero y un pescadito de segundo.
- Pero siempre pides carne –dice. No distingo bien si ha puesto énfasis en esta última palabra.
- Ya, pero hoy no es siempre.
- Buenoooo, como estaaaas.-dice, para seguir con -¿Pero de primero que?
- Unas habitas baby salteadas con jamón.
- Pués yo pediré una ensalada de espinacas, piñones y queso parmesano.
- Lástima que siempre pidas queso. No podré picar –eso está en mi Manual de Respuestas Neutras aunque en realidad podrían estar en mi Libro de Reclamaciones.
- Y después unos riñones al Jerez –dice. Yo tiemblo. Como no estén muy limpios la arma.

Después de pedir y tener una cena sin más sobresaltos que los de rigor y tras unos postres que paradójicamente amargan más que endulzar, me dice:

- Creo que he cenado demasiado –esto aparece en la página 5, apartado 4 de “Se lo que va a pasar”.
- Si, es lo que tiene, cenar dos platos y postre, mendigando de otros platos –y pienso “que educado que eres, más que mendigar parecía un saqueo”.

La escena del café está sacada del manual “Voy de notas: Epílogo”. Ha cambiado tres veces de “parecer” al pobre camarero, por este orden: café solo, cortado (muy corto de leche), carajillo y café solo. Del tema descafeinado hoy no se ha acordado. Buf.

A mí, que el vino me ha hecho bajar las defensas, no voy a la greña, y pido directamente la cuenta, aunque tendría que haber pedido la recortada, porque si lo vuelve hacer lo mato. Y lo hace. Me traen la cuenta, el rápidamente la coge y dice:

- La relación calidad precio es equilibrada –y deja la cuenta en la mesa.

Pago mientras pienso “¿Los cerdos dicen lo mismo de las bellotas? Cuatro.

miércoles, 10 de junio de 2009

Noche IX


Últimamente me ha dado por tomarme claras, véase cerveza con limonada. No soy un fan de la cerveza, más bien la hato(1), pero no es plan de empezar a beber whisky a las once de la noche. A eso de las tres de la mañana iba yo algo cargadito, de líquido, y sentí la perentoria necesidad de vaciar la vejiga. Pues manos a la obra. Me dirijo a los servicios, concretamente a la sección de los mingitorios. Unos cuantos clientes, tenían. Por suerte, había dos contiguos que estaban vacíos. Pito, pito gorgorito… y escogí el de la derecha (tendré que pensar un soniquete menos explícito para la ocasión). Me sitúo a la distancia correcta, desabrocho tres botones de la bragueta, saco aquello por donde tiene que salir el líquido excrementicio, un pasito más, miro hacia el techo, básico, y me dispongo a realizar la acción por la que estoy allí.

Noto que mi vecino, el de la derecha(2), no está precisamente mirando el techo. Los lavabos están recién reformados y el techo esta incólume, pintado de color diferente que la pared. “Lo que te estas perdiendo, chaval”, pienso yo. También pienso cosas más ofensivas, pero mi cometido en ese momento es diferente. El tema me despista, porque el vecino, aquel que él me tiene a su izquierda (a veces me gusta pensar que estoy a la izquierda de algo) insiste en la contemplación de lo que sostengo con mi mano derecha (sin querer ya me he vuelto a resituar). Yo giro levemente la cabeza como queriendo decir “ya vale, ¿no?”. El giro de centro-derecha que realizo no surge el resultado deseado (acostumbra a ocurrir), ya que el fulano sigue en su empeño. Por unos instantes tengo la escatológica idea de miccionarme en la derecha, perdón, hacia la derecha, pero no tengo ganas de mojarme las zapatillas. Pienso en la opción de hacer las presentaciones de rigor, aquí mi cuerpo cavernoso, etc., pero lo descarto ya que desconozco con exactitud el protocolo que se tiene que aplicar en estas situaciones. Tanto pensar, en política, en corrección e incorrección, el tema por el cual estaba allí se esfumó. Reubico mi miembro viril tras de Tommy (la etiqueta mira hacia fuera), me doy la vuelta, y mientras me alejo, me desabrocho el cinturón, me desabotono lo poco que queda de la bragueta y empiezo el proceso inverso. No se abotonarme mejor la bragueta. Desde el espejo situado encima del lavamanos veo al voyeur esperando otra victima (por un momento he pensado en un ex ministro de economía de izquierdas). Pasadas las cinco, en la tranquilidad del hogar, pude liberar todo el orín.

(1) Hato es un préstamo lingüístico propio, que utilizo porque me encanta escuchar en ingles el verbo “to hate” : odiar, aborrecer.
(2) En una revisión posterior del texto, noto que decir “el de la derecha” es una perogrullada, no porque todos los vecinos hallan resultado ser de derechas, sino por que la izquierda estaba vacía.


PS: Las elecciones están pasando factura, por un momento he vuelto a pensar en un ex ministro de economía, esta vez de derechas, mientras escribía la primera nota al pié.

martes, 9 de junio de 2009

Avance: El Gay Leal

Navegando por la red, eso que teóricamente no tiene fronteras, me encontré con un artículo en una revista china que evidentemente me fascinó. Como mi conocimiento del idioma chino es más bien limitado, Liu Xiaobo(1) me ha traducido el artículo original que firma el periodista Li Chingqing y se ha publicado en el semanario literario “Shanxi books” en el que se relata la próxima publicación de la obra Chevy Chespir, “El Gay Leal” y que a continuación transcribo literalmente.

Tlansculidos unos meses desde la publicación de su ópela plima “Gaylet”, éxito mundial, de la que se desconocen con exactitud el númelo de ejemplales vendídos y también implesos, ya se habla de la apalición de una nueva tlagedia, que llevalá pol título “El Gay Leal”. Los pocos afoltunados que han tenido acceso a leel un pocas páginas se han solplendido del gilo copelnicano(2) que el autol ha dado ha esta obla. En medios litelalios se especulaba como una continuación algumental de Gaylet pelo, pol lo que se comenta en las famosas teltulias de las casas de te, Ti, Anan, y Men, ha dejado a todo el mundo desolientado, no pol el tufillo a decadencia occidental, sino pol la solplesa, soble todo del título. Aquí, se espelaba el título “El Ley Leal”, y así podel jugal con la dualidad valon/hembla de la hijas del Ley, pelo pala solplesa de todos, el título no deja de sel un lesumen de la obla. Y ahí está la paladoja de todo. La lealtad. Desde nuestlo pensamiento milenalio, intelumpido pol el de las camisas de cuello idem, entendiamos que esas dos palablas elan contlapuestas. Pala podel entendel la obla de Chespil, uno se tiene que metel plimelo en su mundo, saliendo pleviamente del suyo, e intental complendel aquello que no tiene complensión. Así de esta folma se podlá llegal a entendel la idea que Sil.Chevy tiene de hacelnos comulgal con luedas de molino. Algún incauto se ha atlevido a plonostical el nacimiento del Liblo Losa, aunque segulamente el apalato del paltido lo va a plohibil y va a dejal cael una pesada losa soble el tema. El Libro Rojo, culiosamente las dos eles que sabemos plonuncial, no puede tenel nada que le pueda hacel sombla.


(1) Liu Xiaobo regenta un bazar chino del que soy cliente asiduo para la estupidez supina del amigo invisible.
(2) Aquí mi amigo Liu y yo tuvimos una amarga discusión. Yo creo que tendría que haber escrito “coopernicano”, en clara referencia a Dennis Cooper, escritor de libros de temática LGBT, pero él, muy culto, ha preferido la referencia a Nicolás Copérnico y su teoría heliocéntrica.




lunes, 8 de junio de 2009

Diván VI

- Tengo problemas
- Nada nuevo, sino no estaría aquí
- A ver, tengo dos opciones.
- ¿Y son?
- Me meto con usted...
- Y…
- Le hablo de mis problemas.
- Usted paga.
- Bueno, como tengo tantos problemas me meteré con usted.
- Pues empiece.
- ¿Me esta provocando?
- No, le invito a empezar.
- Ah, vale. Pues creo que presupone las cosas.
- ¿Que cosas?
- Las cosas que me pasan.
- Ah, ¿pero le pasa algo?
- Creo que si.
- Así habíamos empezado.
- No, yo tengo problemas, no cosas.
- Me lo imagino.
- Pues debe tener mucha imaginación, porque yo no le he dicho nada y ya lo sabe todo.
- Eso lo dice usted.
- Ha dicho que sabía que problemas tenía.
- No, yo solo dije que imaginaba que tenía problemas.
- Pero aún no le he dicho nada.
- Pues ya llevamos un rato y la casa sin barrer, ¿no?
- De eso se ocupa la asistenta.
- De la casa o de barrer.
- De ambas cosas.
- Y eso le causa algún problema.
- Uy, ahora si.
- Siga.
- Tuve que echar a la Sra. Manolita.
- ¿Quien es la Sra. Manolita?
- La que hacia de ama de llaves, llevaba en casa toda la vida.
- ¿Estaba descontento?
- No, en absoluto, pero tenia que recortar gastos.
- ¿Y?
- Pues que la asistenta hacía lo que ordenaba la Sra. Manolita y ahora es un desgobierno.
- ¿No le dice lo que tiene que hacer?
- Algo si, pero se me ha constituido en Comité de Empresa.
- Defiende sus derechos.
- No, no. Me dicta mis obligaciones.
- ¿No lo esta llevando a un extremo?
- Ella, es ella. Me ha amenazado con no lavarme más la ropa.
- ¿Por qué?
- Porque la ensucio. Dice que si fuese más cuidadoso, no tendría tanto trabajo.
- Y usted que hace
- Me cambio tres veces al día.
- Eso es un abuso.
- No, cumplo con lo que me dice. La ensucio menos.
- Le da mas trabajo.
- Pero le cuesta menos.
- A mi me cuesta lo mismo.
- Ya, pero ella trabaja más.
- Oiga, ¿no será usted uno de esos rojos, no?
- Soy Khmer, pero rojo, no.

jueves, 4 de junio de 2009

Encuentros VII

Dos de la tarde.
Piazza di Santa Maria in Trastevere, Roma.
Estoy plantado en uno de los vértices de la plaza. En un quiosco he ojeado los titulares de la prensa. Mis compañeros de viaje se han entretenido en una tienda unos metros antes. Miro. Unas terrazas de trattorias a mi derecha. Una iglesia delante. Observo. Y le veo.
Moreno, ni alto ni bajo, polo ajustado y bermudas, creo que verdes (no manzana), de unas treinta primaveras y con una bolsa de laptop en la mano derecha. Le miro con el descaro y la soberbia propias de un campeón (aquí me he pasado tres pueblos).
El me mira, disimula la vista hacia otro lado y sigue acercándose. Justo cuando me sobrepasa, nuestras miradas se vuelven a cruzar. Radar en marcha.
Cuento, “un, dos, tres”, y me doy la vuelta. Automáticamente él gira la cabeza.
“Más, más” pienso yo.
Vuelve a girar la cabeza.
Altra volta” casi grito yo, muy metido en el tema.
Y me vuelve a girar la cabeza.
Yo pienso. “esto no te puede pasar aquí y ahora, no”.
Y me vuelve a girar la cabeza, esta vez con una sonrisa maliciosa.
Está a unos 25 o 30 metros. Justo antes de girar en la esquina de la Piazza di Sant'Apollonia me vuelve a hacer el mismo regalo. Esta vez como diciendo “arrivederci”.
Sigo plantado en el mismo sitio. Mirando a la esquina. Deseando que vuelva. No aparece y me viene a la memoria la primera estrofa de una canción:

Vivo per lei da quando sai
La prima volta l'ho incontrata,
Non mi ricordo come ma
Mi entrata dentro e cè restata.
Vivo per lei perché mi fa
Vibrare forte l'anima,
Vivo per lei e non è un peso.


Sólo con cambiar el “lei” por “lui” ya me serviría…

miércoles, 3 de junio de 2009

Siete Gatos (III)

- Cariño, que es muy tarde –digo con voz subida, mientras bajo el volumen de la tele.
- Me estoy poniendo la espuma -grita desde el lavabo. Yo pienso, “Otra vez acariciando esa cabecita de cartón-piedra”.
- Acelera!!!
- Vaaaaale!

Yo sigo con lo mío, el zapping. Cuando tenga artrosis en las manos no se que voy a hacer.

- ¿Que puedes venir? No se que ponerme –vuelve a gritar.

Joder, ya empezamos. - Voy -grito. Esta casa es de locos. Apago todos los aparatos y me digo "venga, ánimo". Entro en la habitación y me lo encuentro en pelotas.

- ¿Aun estas así?
- Es que no se que ponerme –se reafirma.
- Cualquier cosa, ya sabes que no me gusta verte así.
- Pero si estoy divino.
- Por eso, pero es que hemos quedado –le digo mientras me siento en el borde de la cama.
- La camisa esa tan pija que me regalaste, ¿que tal?
- Ah, bien.
- ¿Quieres decir? Me la puse hace tres semanas.
- Bueno, pues…
- ¿Y esta? -dice sosteniendo otra delante suyo con el colgador.
- Bueno -contesto. No me gusta, pero me la suda.
- ¿Quieres decir? -me dice, sosteniéndola esta vez en un costado.
- No se, lo que tu digas.
- Ya, pero me gusta que me aconsejes.
- A mi me esta bien.
- Y que pantalones me pongo.
- Los pitillos aquellos, los verde manzana.
- ¿Si?
- Si -lo digo para abreviar. Le quedan para cortar el hipo, pero no soporto que todo el mundo lo mire. Y ahora viene lo peor, los calzoncillos.
- ¿Y que me pongo debajo?
- Hostia puta, los que quieras. ¿Te los va a ver alguien?
- No, pero ya sabes que me gusta que me queden bien.
- Mira, lo que mejor le queda a tu polla es mi boca y a tu culo….
- Ains, que bruto que eres.
- Pues ponte lo que te apetezca, coño, que nos esperan.
- Tú tendrás problemas de corazón, relájate.
- Ya no puedo más.
- ¿Por qué?
- Porque ahora empezarás con los calcetines.
- Si, ¿y?
- Que el último día estuviste casi diez minutos, para después acabar con chanclas.
- Rencoroso.
- Acelera.
- No me apremies que empiezo a sudar y me tendré que volver a duchar.
- Vale, vale –contesto. Yo no sudo, solo babeo. Se me cae la baba por él, pero esta vez son babas de rabia. Tres.

martes, 2 de junio de 2009

Dadicilef



La fotografía que encabeza este post es más propia del blog de Stullfider que no de este experimento de blog. La canción decía “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” y la foto no es ni más ni menos que eso. Una sorpresa. El día 27 y la fila 72. Esa era nuestra fila. No se aprecian muy bien la S y la D. Me tocó “sinistra”. Estaba muy arriba. Casi en el cielo. Igual por eso toqué el cielo. El nombre del blog es un intento de escribir una palabra al revés. La dislexia apareció por ahí. Dos números costarían dislexiarlos. Ahí están.

Roma según este blog sería Amor. Lástima que no se llamase Dadicilef. Es lo que sentí. Tanto reírme de todo y con todo y me cuesta un montón expresar ese sentimiento tan sencillo como es la felicidad. Me lo pasé en, y a lo grande. Disfruté como hacía tiempo no lo hacía. Tuve la suerte de ganar, si, aquí jugamos todos, en París, pero fue un triunfo demasiado sufrido. Aquí, la suerte, que en esto del deporte influye y mucho, estuvo de nuestro lado. Fue como esas sinfonías que van marcando un “in-crescendo” hasta la apoteosis final. Y aún me dura, todas estas artimañas tecnológicas ayudan. Me gustaría transmitir y compartir con vosotros esta alegría, a parte de simpatías por los colores, no se como, igual estas líneas ayudan. Bueno, basta de sentimentalismos, venga, que sólo nos quedan seis. Jajajajaja.