Era tarde, tanto que casi era demasiado pronto. Puso la llave en la cerradura, que para sorpresa suya no le costó demasiado entrarla. Le dio media vuelta y abrió unos centímetros la puerta. Sacó la llave, respiró hondo y empezó a abrir la puerta. Esta chirrió, más que “chi”, fue un “che” estridente. Se maldijo. Entró en su casa, se detuvo unos segundos pero no oyó ningún ruido sospechoso. Para que no se volviese a escuchar el desagradable (y alarmante) ruido de la puerta, la cerró con un movimiento rápido, deteniéndose justo a tiempo para no dar un portazo.
Avanzó por el recibidor, con sumo cuidado, intentado hacer el mínimo ruido posible. La casa seguía en silencio. Entro en la sala y dejó las llaves sobre la mesa, con algo de ruido, poco. Para no molestar se empezó a desnudar ahí, primero el polo. De tan tarde que era, no lo olio, cosa que siempre hacía. Se sentó, y se desabrochó las zapatillas, poco, ya que le costó sacárselas. Se incorporó, se abrió el cinturón e hizo lo propio con los cuatro botones de la bragueta. Ahora llegaba la parte de su test de alcoholemia particular. Sacarse los pantalones sin otro apoyo que sus pies, pasó la prueba con notable pero cometió un pequeño descuido y la pesada hebilla del cinturón golpeó el parket con un sonido seco. Se quedó inmóvil por unos momentos, pero el silencio reinaba en la casa. Al notarlo, si hubiese ido algo más sereno, su mente hubiera entrado en una nueva batalla dialéctica, en casa de un republicano reinaba el silencio.
Una vez dejados los pantalones en una silla, se dirigió hacia el lavabo, encendió la luz, y abrió la puerta contigua, la de su habitación. Con extremo sigilo, se dirigió a su lado de la cama, y con sumo cuidado, retiró el cojín de adorno y abrió la cama. Se dirigió de nuevo al lavabo, cogió el cepillo de dientes, algo de pasta y se sentó en el lavabo a orinar, hacerlo sentado era más silencioso. Mientras se cepillaba, una mezcla de saliva y dentífrico le cayó sobre los calzoncillos. Al verlo, con un dedo, lo retiró y respiró aliviado. Los boxers que llevaba no eran negros, y le molestaba ver el rastro de una mancha blancuzca y más en la parte posterior. Antes de enjuagarse la boca, cerró la tapa del inodoro, pero no dejó correr el agua, eso haría ruido.
Cerró la luz del baño y completamente a oscuras se dirigió a acostarse. Ese recorrido lo sabia de memoria, solo necesitaba la referencia de tocar la cómoda, para poder llegar a la cama. Con el paso de los años creía que había aprendido a levitar, y realmente conseguía meterse en la cama con extremado sigilo. Una vez tendido en ella, casi sin respirar escucho atentamente. Nada. Ningún sonido. Ningún movimiento. Sólo se oían los sonidos de siempre. Lo había conseguido de nuevo. Hacía más de veinte años que vivía y dormía solo, pero seguía con la obsesión de no molestar o tal vez era el temor a ser descubierto.
Avanzó por el recibidor, con sumo cuidado, intentado hacer el mínimo ruido posible. La casa seguía en silencio. Entro en la sala y dejó las llaves sobre la mesa, con algo de ruido, poco. Para no molestar se empezó a desnudar ahí, primero el polo. De tan tarde que era, no lo olio, cosa que siempre hacía. Se sentó, y se desabrochó las zapatillas, poco, ya que le costó sacárselas. Se incorporó, se abrió el cinturón e hizo lo propio con los cuatro botones de la bragueta. Ahora llegaba la parte de su test de alcoholemia particular. Sacarse los pantalones sin otro apoyo que sus pies, pasó la prueba con notable pero cometió un pequeño descuido y la pesada hebilla del cinturón golpeó el parket con un sonido seco. Se quedó inmóvil por unos momentos, pero el silencio reinaba en la casa. Al notarlo, si hubiese ido algo más sereno, su mente hubiera entrado en una nueva batalla dialéctica, en casa de un republicano reinaba el silencio.
Una vez dejados los pantalones en una silla, se dirigió hacia el lavabo, encendió la luz, y abrió la puerta contigua, la de su habitación. Con extremo sigilo, se dirigió a su lado de la cama, y con sumo cuidado, retiró el cojín de adorno y abrió la cama. Se dirigió de nuevo al lavabo, cogió el cepillo de dientes, algo de pasta y se sentó en el lavabo a orinar, hacerlo sentado era más silencioso. Mientras se cepillaba, una mezcla de saliva y dentífrico le cayó sobre los calzoncillos. Al verlo, con un dedo, lo retiró y respiró aliviado. Los boxers que llevaba no eran negros, y le molestaba ver el rastro de una mancha blancuzca y más en la parte posterior. Antes de enjuagarse la boca, cerró la tapa del inodoro, pero no dejó correr el agua, eso haría ruido.
Cerró la luz del baño y completamente a oscuras se dirigió a acostarse. Ese recorrido lo sabia de memoria, solo necesitaba la referencia de tocar la cómoda, para poder llegar a la cama. Con el paso de los años creía que había aprendido a levitar, y realmente conseguía meterse en la cama con extremado sigilo. Una vez tendido en ella, casi sin respirar escucho atentamente. Nada. Ningún sonido. Ningún movimiento. Sólo se oían los sonidos de siempre. Lo había conseguido de nuevo. Hacía más de veinte años que vivía y dormía solo, pero seguía con la obsesión de no molestar o tal vez era el temor a ser descubierto.
12 comentarios:
UUUiii, que paranoia la de este tipo, ¿no? uf, yo soy como un terremoto cuando llego a casa. Enciendo las luces, voy al baño, tiro de la cadena, tiro la ropa, jajajaj. Me imaginaba que estaría en casa de sus padre, o algo así, pero fijate que rarito el pobre.
Un beso y no hagas ruidoooo sssshhhhhhh
Yo llevo años viviendo solo y por casa me muevo siempre sigilosamente. Tal vez es que tengo la misma obsesión y nunca me había parado a pensarlo.
Eres bueno, Chevy, eres muy bueno.
Silent kisses.
le está bien por pasivo, jajaj Ya me dirás como se orina en silencio... y ya puestos, sin salpicar. Suerte tiene de vivir solo sin que nadie le diga que mee por dentro, jajajaaj
¡ah, a mi tb. me están haciendo un cojín! jajaja
Cari, le vamos a dar un alegría a Theodore que vive solo o qué? jajaja
Bezos
Yo, el momento calzoncillos con dentífrico ( ¡qué horror!) me hubiera delatado. Los bramidos habrían sorprendido a... mí mismo.
Ah, 'mesolvidaba', querido Zío, si vives solo será porque tú quieres, guaaapooo.
me gusto tu blog, el sabor acido de tus letras me gusto mucho. Te sigo!
Hola vengo del blog de stanley, primero decirte que es maravilloso el post que hiciste sobre historias calidas!! me encanta tu blog muy ocurrente!! realmente muy bueno!! te sigo asi que estare mas seguido por aqui!! un gusto pasar y leerte!!
Besosss Zoe!!
Es verdad que en la soledad los sonidos se amplifican en nuestro silencio. El temor a ser descubiertos en nuestra soledad es muy interesante.
Muy bueno.
Importante neurosis la del sujeto. Yo vivo con un perro y una gata; ya con el ruido que ellos hacen cuando llego, más que yo entro y lo primero que hago es poner música, que mala sería la convivencia con este individuo!
Excelente, como siempre.
BESOTES Y BUEN FINDE!
Jajaja mistercloset, tú con tus cosas :-P
En serio que lo leí en silencio, aún dentro de mi cabeza.... rapasaba cada palabra y cuidaba no hacer ruido para desorientarme del texto... termine pensando que el del problema era yo jajajja.
En fin la verdad que te quedo genial el texto... El stado del tipo es genial para analizar. sobre todo si yo estando solo hago paso por lo mismo aunk en menos xtremosidad... pero tengo todo perfecto solo para mí...jajajja
saludos ,indo
Alex:
Escuchar el silencio no es paranoia. Es estar en casa.
Theodore:
Mas vale solo que mal acompañado. Soy de todo menos bueno.
Thiago:
Si meas sentado, se puede hacer muyyyyyy silenciosamente. Seamos egoístas, si Theodore viviera acompañado ya no sería Theodore.
Misterclosed:
Es que esas manchas son duraderas y sospechosas.
Misterclosed(2):
Si Zio vive solo es porque no hay que lo merezcan.
Tereza:
Gracias por seguirme. Espero que el ácido no sea corrosivo.
Zoe:
Gracias por lo del sangriento post. Espero que vuelvas.
TheAloofnees:
Igual, ese silencio nos hace más compañía de la que creemos.
StanleyKowalski:
Muy entrada la madrugada, cuando vuelves algo “cocidito”, tampoco es para ponerse a escuchar música a todo trapo. Depende de donde vengas, los oídos aún retumban.
Theodore(2):
Ya ves como te cuida.
@georgedlaselva :
Muchas veces ayuda meterte en la escena. ¿Cuánto daríamos para poder levitar?
A todos muchas gracias por los comentarios.
Kisses (for everybody)
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