Diván I

- Doctor, doctor, no se que me pasa. Hoy he cogido el metro, lo hago poco. Cuando las puertas se han abierto, en la pared de la andana, me recibía un cartel de propaganda que ponía “Blanco para hombres”. Yo esbozo una sonrisa interna y externa. Me dirijo hacia la salida, y cojo las escaleras mecánicas, pensado en mis cosas. A media subida, vuelvo a esbozar la misma sonrisa, tanto exterior como interior. Sin ser demasiado consciente de que viajo en una, me fijo en los escalones de bajada. Tenían unas pequeñas señales de tráfico pintadas, para que la gente suba por un lado y se supone que baje por el otro, porque los que bajan, no las pueden ver y supongo que en horas punto circulan por “eliminación” . Me ha entrado un pánico súbito. Si me encuentro un tío en pelotas, me volveré loco, bueno, más loco de lo que estoy ahora.
- Chevy – me dice – No te acabo de entender.
- Pues verá, con lo del anuncio me he acordado de un post de Thiago (que no pienso referenciar para joderlo, y mira que te quiero TiTí!!), con las escaleras se me ha aparecido Stulfiter. Si veo tapas de alcantarillas se me aparece Enrique Muñiz. No le explico si veo una foto. Al instante le estoy poniendo un pie. Y así un largo etcétera. Y claro la sola imagen de la aparición de un chico desnudo me ha alarmado mucho. Ni Tom Cruise en Minority Report tendría tantas pantallas para reflejar todos los blogs que me vendrían a la memoria.
- ¿Doctor, que me esta pasando?
- Mira Chevy, lo tuyo es un caso claro de alucinaciones blogodependientes. Existen dos tratamientos, uno, el más traumático es dejar los blogs, que es como dejar de fumar, pero sin chicles y el otro es conseguir un coma blogtilico y poco a poco tu mente se ira acostumbrando a esta patología.
- Muchas gracias doctor.

Mientras volvía a casa, pensaba en el nombre del doctor, Stanley Kowalski. ¿Coincidencia u otra alucinación?