(Este post se tenía que haber publicado el pasado viernes) Y llegó el fin de semana. Y de donde venía, me pregunté yo. Del futuro, ¿de dónde sino? Dentro de unas horas se habrá ido. Al pasado, ¿a dónde sino?
Del pasado cercano, creo que del pasado fin de semana, el más cercano del pasado (este aún no ha pasado o está pasando) vengo a traer recuerdos al presente.
Sábado, pronto, desayuno, café y barbero. “Ay, disculpas, lo tengo lleno, hasta las 13:30 no tengo nada”. Quedo a esa hora. Entra uno. Yo me largo. Ducha. Salgo a gastar, nada, fruslerías de menaje, que si un wok, que si unos vasitos, que si unas hormas de zapato. Me quedo con las ganas de comprar el molinillo de pimienta, tenía una forma… evoca… no, que no, dejémoslo en curiosa. Lo de los cuchillos, ¿lo he explicado alguna vez? Creo que no. Bueno, es como la leche, que la odio, pero justamente al contrario, adoro los cuchillos… pero no es el momento de hablar de ellos. Al sitio que fui a comprar me tope con unos cuantos, y no hablo de cuchillos, hablo de seres humanos, como el que entró en el barbero justo cuando salía. A la hora convenida, volví al barbero, y justo cuando yo entraba, salía uno. Dejà vu inverso. El barbero (voy al barbero pero de un tiempo a esta parte me lo corta una mujer y me niego a feminizar el oficio, me trae recuerdos infantiles casi tan infantiles como el juego de palabras que he colado aquí, ¿no Hanna?) me dejó como casi siempre, pero no seré yo quien me juzgue. Ducha (otra manía que tengo después de que me corten el pelo). Comida. Siesta. Etc etc etc.
Domingo. Etc, etc, etc, comida, siesta y cine. Sesión de las siete. Ahora todo el mundo va a ver Avatar pero a mi me gusta remar (que en Argentina debe ser algo similar a ponerse una camiseta) a contracorriente. Película en blanco y negro. Y de pensar (o para). Llegamos quince minutos antes. Sólo quedan las tres primeras filas. Buf. Cálculo ágil de la distancia pantalla-butaca y decisión rápida (como tienen que ser las grandes decisiones). Al ir hacia el final de la cola que había, pude constatar que habían muchos, tal vez mayoría, igualitos que los del barbero y la tienda de cacharritos.
Yo (aclaro que no me refiero a la edad, por el yo, no por lo que viene a continuación), pregunto a los presentes si se han puesto a pensar, no si esta tierra es de nosotros y no del que tenga más, no, mi pregunta va sobre los planes del Gobierno de alargar la edad de jubilación. Totalmente de acuerdo. Y no a los 67, no, no. A los 80!!!. El sábado, en el barbero, 80% jubilados (más o menos). En la tienda esa, 80% jubilados. El domingo por la tarde en el cine 95% jubilados. ¿Para qué coño sirve la jubilación? ¿Qué hacen entre semana? ¿Descansar? Lo cierto es que lo sospecho. Dejar pasar el tiempo para que les crezcan los pocos pelos, y así llenar el sábado por la mañana, quemar todos los cazos y sartenes posibles en la cocina, para poder ir a reponerlos los sábados, y poder tener un tema de conversación durante toda la semana, sobre la película, pero no post, no, no, previa. La discusión de que película ir a ver es más apasionante que la reflexión sobre ella. A desalambrar, a desalambrar!!!
Del pasado cercano, creo que del pasado fin de semana, el más cercano del pasado (este aún no ha pasado o está pasando) vengo a traer recuerdos al presente.
Sábado, pronto, desayuno, café y barbero. “Ay, disculpas, lo tengo lleno, hasta las 13:30 no tengo nada”. Quedo a esa hora. Entra uno. Yo me largo. Ducha. Salgo a gastar, nada, fruslerías de menaje, que si un wok, que si unos vasitos, que si unas hormas de zapato. Me quedo con las ganas de comprar el molinillo de pimienta, tenía una forma… evoca… no, que no, dejémoslo en curiosa. Lo de los cuchillos, ¿lo he explicado alguna vez? Creo que no. Bueno, es como la leche, que la odio, pero justamente al contrario, adoro los cuchillos… pero no es el momento de hablar de ellos. Al sitio que fui a comprar me tope con unos cuantos, y no hablo de cuchillos, hablo de seres humanos, como el que entró en el barbero justo cuando salía. A la hora convenida, volví al barbero, y justo cuando yo entraba, salía uno. Dejà vu inverso. El barbero (voy al barbero pero de un tiempo a esta parte me lo corta una mujer y me niego a feminizar el oficio, me trae recuerdos infantiles casi tan infantiles como el juego de palabras que he colado aquí, ¿no Hanna?) me dejó como casi siempre, pero no seré yo quien me juzgue. Ducha (otra manía que tengo después de que me corten el pelo). Comida. Siesta. Etc etc etc.
Domingo. Etc, etc, etc, comida, siesta y cine. Sesión de las siete. Ahora todo el mundo va a ver Avatar pero a mi me gusta remar (que en Argentina debe ser algo similar a ponerse una camiseta) a contracorriente. Película en blanco y negro. Y de pensar (o para). Llegamos quince minutos antes. Sólo quedan las tres primeras filas. Buf. Cálculo ágil de la distancia pantalla-butaca y decisión rápida (como tienen que ser las grandes decisiones). Al ir hacia el final de la cola que había, pude constatar que habían muchos, tal vez mayoría, igualitos que los del barbero y la tienda de cacharritos.
Yo (aclaro que no me refiero a la edad, por el yo, no por lo que viene a continuación), pregunto a los presentes si se han puesto a pensar, no si esta tierra es de nosotros y no del que tenga más, no, mi pregunta va sobre los planes del Gobierno de alargar la edad de jubilación. Totalmente de acuerdo. Y no a los 67, no, no. A los 80!!!. El sábado, en el barbero, 80% jubilados (más o menos). En la tienda esa, 80% jubilados. El domingo por la tarde en el cine 95% jubilados. ¿Para qué coño sirve la jubilación? ¿Qué hacen entre semana? ¿Descansar? Lo cierto es que lo sospecho. Dejar pasar el tiempo para que les crezcan los pocos pelos, y así llenar el sábado por la mañana, quemar todos los cazos y sartenes posibles en la cocina, para poder ir a reponerlos los sábados, y poder tener un tema de conversación durante toda la semana, sobre la película, pero no post, no, no, previa. La discusión de que película ir a ver es más apasionante que la reflexión sobre ella. A desalambrar, a desalambrar!!!
8 comentarios:
Estaba yo pensando en que iba a pensar, pero tanto el pasado como el futuro se me han ido allá lejos, donde los recuerdos están.
Tanto jubilado? Tanta gente que se dedica a eso? Bueno, si llenas las barberías, (mas al barbero?) y los centro comerciales tan mala no es la cosa, al menos para el barbero (vas a un barbero?) y para el dueño del súper. Yo creo que se debería hacer algo con todo esto y es adoptar a un jubilado para que ayuden a los currante a comprar cuchillos, por ejemplo, porque ir al barbero ( a un barbero?) no, eso lo tiene que hacer uno solito.
En fin, cosas que pasan en esta sociedad cada día esta mucho mas acomodada.
Besos cielo
Cari, yo ya estaba pensando que el que te habías jubilado eras tú... (pasado). HOy mismo (presente) pensaba (futuro) escribirte para saber de ti.... Ya ves, pasado, presente y futuro en el mismo instante y en la misma frase, y luego dicen que el tiempo no existe, jaja.
Pues no sé cari, pero en este juego de los despropósitos, todos los que antes decían que había que hacer algo, ahora ponen el grito en el cielo...
Yo solo sé que yo no pienso pagar con mi trabajo la pensión de 4 jubiletas llenos de salud que se pasan la vida jugando al mús, francamente, o al golf que todavía es más sangrante. Creo que viviendo hasta los 100 años, querer vivir toda la vida de gorra por haber trabajado 35 me parece una jetada, jaja
Los jubilas y luego se van todos a Benirdorm a bailar y a follar y, lo peor, a ponerse un pañuelo blanco con cuatro nudos en la cabeza, jajajaa.
BEzos.
Bezos.
Más que una alambrada he querido ver el vuelo de una libélula. Todo depende siempre de lso ojos con los que se mira la realidad, a veces incierta.
Veo que tu talento continúa intacto. Aprendi (con vos siempre se aprende) que a los peluqueros no le llaman peluqueros sino barberos, y te cuento que en Argentina, remar significa remar, y remar además significa que, cuando estás en una reunión aburrida, porque la gente es aburrida; comenzar a tirar diferentes temas de conversación hasta lograr hacer la reunión amena. De alambrar, ni hablar! Aquí el alambre está carísimo, jejeje!!
BESOTES CHEVY
Ojú, hilando fino como de costumbre. Con todo el respeto a los jubilados, más que nada porque imagino que algún día llegaré a serlo, digo yo, a veces me recuerdan a la escena de "los Pájaros" que se van posando en el tendido eléctrico. Están en todas partes y arramblan con todo. Argh, que susto. No quiero ni imaginar con qué Soylent alimentarán a algunos, jajaja.
¿Era "La Cinta Blanca"? Si lo era, espero que no les diera por hablar mucho, que si de normal ya es algo odioso, en una película tan seca y sin banda sonora alguna debe ser insoportable.
Buenísimo el "guiño infantil". Y el post al completo, in fact :-)
ThirdAgeIsStillFarAway Kisses
Alex:
¿Pero los sábados? Tienen cinco días antes!!! Y no hace falta adoptar a nunguno. Casi todos tenemos uno a mano.
Thiago:
No, no, aún no me toca jubilarme, aunque bien pensado... nos tendríamos que jubilar entre los 30 y los 50 años y el resto a trabajar. Esto del golf... me lo pensaré, tampoco es mala cosa. Jajajaja.
Stultifer:
Bueno, yo también he visto el rastro de una araña... en el alambre.
Stanley:
(Que bueno que viniste) Lo del barbero creo que empieza a ser algo anticuado. Los más (de lo más) dicen que van al estilista. Mi juego de palabras con remar viene de la expresión "remera" que es como llamais vosotros a las camisetas de manga corta o T-Shirt. Gracias por la aclaración de la otra acepción.
Theodore:
¿Por qué siempre lo has de saber todo? Grrrrr. Rabia me da. Jajajaja. Pues si, era "La cinta blanca". Igual se quedaron mudos recordando que a ellos también los ataron las manos en la cama... :-)
Y tienes razón, son una invasión que tarde o temprano casi todos acabaremos integrandola. Resignación. Recuerdos de William y Joseph.
A todos, gracias por vuestros comentarios.
Kisses for EvErYbOdY.
Eso te pasa por dejar el ocio para los findes, que eres un prejubildo, jejeje. No he visto la peli pero supongo que Victor Jara encaja en ella de alguna manera o no entendo si no el deslambre.
PD. Yo también me ducho tras el barbero, que no me hace esperar nunca que para eso vivo en un pueblo. AFORTUNADAMENTE.
Revolution kisses
Runagay:
Soy un prejubilado tanto como un muerto, o sea, cada día más cerca. Victor Jara solo me sirve por lo de "Yo pregunto a los presentes...". Igual en mi sub(ins)conciente estaba pensando en Pedro, Juan y José (en María, no). :-)
Kisses
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